miércoles, 9 de abril de 2025

Un sueño creativo

 

En la mitología griega Morfeo era el dios a quien le fue dada la capacidad de bajar del olimpo, adquiriendo forma humana a darle mensajes a los mortales mientras ellos dormían plácidamente, de ahí que se dice cuando alguien duerme “está en los brazos de Morfeo” no porque esté durmiendo nada más, sino porque está soñando. Morfeo traía mensajes verdaderos, claros y emocionantes a los mortales pero solo si dormían, de otra manera no había posibilidad, pero un día Zeus, el máximo dios, se enteró que Morfeo andaba ventilando mensajes importantes de los dioses a los mortales, es decir, Morfeo por medio de los sueños les dotaba de conocimiento sobre algo, cosa que no le encanto a Zeus y lo echó. Los mortales al despertar de su largo y reparador sueño continuaban su vida, dotados de cierto conocimiento dado en el sueño. La vida onírica de cada sujeto es importante para la vida concreta, un poco para irla construyendo, ir averiguando y darle sentido, para investirla. Los sueños adquieren significado y son lugar de conocimiento sólo cuando el soñante desea saber al respecto. El sueño es un acto de resistencia en esta guerra, informa al soñador poniendo en riesgo su vida psíquica, bordeando las censuras y las prohibiciones. Aquí la línea de combate es la búsqueda de la verdad, porque el sueño desplaza radicalmente la pregunta. Hace señas por otras vías que las que el soñador moviliza habitualmente en su vida: las razones que da a sus elecciones, sus deseos, sus temores. (Defourmantelle, 2020, 27). 

Un sueño lúcido.

Dormida, entre sueños escuche que abrieron el portón del lugar donde vivo y entró una mujer joven con vestido de gala, acompañada y sostenida por un hombre vestido de gala también, del otro lado una mujer mayor vestida de gala, sosteniéndola del brazo. La mujer joven lloraba desconsoladamente, preguntándose a sí misma ¿Dónde había perdido su creatividad?, ¿Por qué la había perdido? Mientras, se escuchaba que el hombre la trataba de tranquilizar diciéndole que todo estaría bien, que iban a recuperarla y que se tranquilizara. En cambio la mujer mayor que iba con ella la regañaba y la culpaba de haber perdido su creatividad, le decía: “¡Te lo dije!, La perdiste y ahora yo no se como le vas a hacer, ¿donde la perdiste? Ni siquiera eso puedes recordar”.

Todo esto sucedía mientras avanzaban en las escaleras y en mi sueño recuerdo haber dicho: “Pobre mujer, que angustia lleva”. Esos gritos los escuché hasta que fueron desapareciendo al final del pasillo, cada vez más lejanos hasta que no se oyó más. 

El sueño no terminó ahí. Por la mañana, como cualquier otro día me levanté a hacer lo propio y le dije a mi esposo: “Oye, ¿No escuchaste a la mujer que lloraba anoche? Entró con dos personas más, se escuchaba muy angustiada, iba yo a salir a la puerta a ver si necesitaba algo pero me quedé. Mi esposo me dijo extrañado: “¿Anoche? ¿Y por qué lloraba esa mujer?”

“Alcance a escuchar que lloraba porque había perdido algo, su creatividad, no sabía dónde la había dejado y la regañaban, había alguien que la consolaba.” Le dije.

El extrañado dijo:“ No, no fue real lo que dices. Nadie lloraría por haber perdido su creatividad, solo tú.” En ese momento cayó una realidad, se rompió una burbuja, dejó de ser un sueño.


El genio espacial no tiene límites. Su traducción de tiempo en espacio es de una creatividad que  a menudo desborda ampliamente las capacidades del soñador. Entonces hay que suponerle una inteligencia soberana. (Defourmantelle, 2020, 29). Aunque ya Freud decía en su texto sobre “La interpretación de los sueños” que estos venían siendo el cumplimiento de deseo del soñante y que en el caso de los niños también eran la mera realización de sus deseos y cumplimeto de sus necesidades que en la realidad concreta siempre limitante no se pudieron llevar a cabo y fueron frustradas, quisiera plantear el sueño esta vez no solo como una formación del inconsciente a interpretar sino además pensarlo como una confección creativa y rico en fantasía, que en sí mismo, ya es una interpretación de la realidad, una respuesta creativa.

Ser creativo es poder traspasar los linderos de lo biológico y lo concreto, no tiene que ver con habilidades sino con tener la posibilidad de representar algo, subjetivar,  de resignificar, es poner en juego algo, el propio conflicto, adquiriendo así una postura frente al conflicto, lo creativo como una manera de imponerse a las dificultades y angustias cotidianas.  Ponderar la creatividad es un modo de resistencia frente a la demanda cotidiana de la época actual de consumismo y perfección, que produce sujetos acartonados y patologizados, depresivos, ansiosos, en un sistema que patologiza a sus infancias y adolescencias. Es interesante como una época que habla de “salud mental”, produce este tipo de sujetos, desesperanzados, incapaces de hacer vínculos fuertes, encerrados en sus fantasmas, que se medican porque quedan de frente a la realidad atroz, que descuartiza la fantasía, quedando asi como sujetos de subjetivados, huecos, con pocas posibilidades de representación. Es que la fantasía permite pasar del mundo concreto al mundo subjetivo, es la que hace que en el juego el cochecito haga ruido, que los títeres hablen y que las acuarelas y las pinturas con el pincel puedan dibujar una casita, la flor, el arcoiris, ¡lo que quieras! El  sistema actual exige que las personas se adapten a todo -sujetos sin sujeto-,”extra dirigidos” y no ya “ itra dirigidos” (Lopez Mondejar, 2022, 43), sujetos alienados al sistema como parte de un engranaje, mientras los procesos creativos  quedan atrofiados, a veces muertos, que dejan al sujeto sin vitalidad, imposibilitados de imaginar y crear, de crear ficción. La capacidad de soñar e ilusionarse es jugar con el tiempo futuro que aún no existe, pero que se desea construir con más vitalidad, es la posibilidad de imaginar y proyectar el tiempo futuro en una utopía, de jugar con el por venir y esperanzarse. Soñar es importante para crear la vida todos los días.  

Con frecuencia he escuchado usar la palabra “infantil” como despectiva, ante lo cual tengo una objeción, porque lo infantil no solo es el retorno de traumas y dolor, sino también donde se encuentran los recursos creativos cargados de fantasía y ludicidad, que abandonamos a cambio de “madurez”, se cree que crecer es dejar de crear y se abandona la creatividad, el juego, la experiencia infantil, bajo el engaño de adquirir “madurez”, pero sin ludicidad, sin juego, sin creatividad, la vida se vuelve pesada, se va arrastrando, no nos volvemos maduros, sino duros y desorganizados, acomplejados, limitados para transitar los desafíos de la vida. El sujeto se vuelve uno más en el sistema, además quedando en una condición de objeto, un objeto de estudio, de subjetivado. Se cree que la creatividad es del mundo de los niños nada más, nada más limitante que eso, olvidamos que todos fuimos niños, por lo tanto la creatividad también es la resistencia a los estereotipos sociales y una vida rigida y sin inspiración. 


Tener la experiencia infantil es manejarse  con espontaneidad, hacerse de la curiosidad y la inspiración, jugar con las posibilidades y malabarear con nuestras limitaciones y con lo imposible. Es también lo infantil lo que hace de guía para el descubrimiento de nuevas y vitales experiencias, también de recurrir al cuestionamiento como signo de humanización, el ¿porqué? como impulsor de ir en búsqueda. Las charlas más interesantes las he tenido con niños, ellos aún están dispuestos a cuestionarse cosas que el mundo adulto no, tienen una convicción por lo verdadero que para los adultos suele ser lastimoso muchas veces, juegan con las posibilidades y también con las imposibilidades, construyendo mundos creativos y más habitables, en los que tienen más dominio de sus circunstancias.

La infancia es una herida que nunca sana, pero dice Lola Lopez Mondejar que el psiquismo creador nos abre sus puertas para mostrarnos una de sus más interesantes paradojas: la salida creadora nos habla de un sujeto tempranamente herido, pero poseedor, al mismo tiempo, de una energía psíquica capaz de llevar a cabo un singular proceso de reparación en base a dos mecanismos de defensa fundamentales: la disociación y la sublimación.  Mecanismos que si bien no lo alejan de la salida sintomática, le permitirán elaborar su angustia a través de su obra, con mejor suerte que la de quienes no disponen de esas capacidades (Lopez Mondejar, 2015, 15), sería más valioso instaurar interiormente y socialmente  un sentimiento  de reparación que de perfección. Reparar una sociedad, un vínculo, reparar los daños ocasionados con creatividad, como quien teje y desteje, quien pone un remiendo lindo con hilos de colores para volver a dar vida, reparar la amistad que es un valor político importante para la vida en comunidad, que produzca efectos como recuperar la seguridad y la participación ciudadana para el bien común. Lo creativo tiene que ver con hacer la vida y un mundo más habitable, dejar nuestras ventanas abiertas y que el viento refresque, juguetear con lo que nos pasa. La creatividad es un modo de responder ante lo traumático, de hacerle salida a lo angustiante y que además dará la posibilidad de instaurar algo muy importante, una reparación personal con efectos en lo social. Es conveniente reorganizar la vida y recurrir a nuestra experiencia infantil, dónde habitan nuestros recursos creativos para salvaguardar la ternura, la esperanza y el cuestionamiento para no quedar tan pasivos ante un sistema que no promueve la creatividad y reparación, sino que arrasa con cualquier intento de ésto, que promueve la estereotipación de la vida y de cada sujeto, destruyendo el juego colectivo, el valor de la amistad y el compañerismo como valores políticos que promueven la confianza y participación entre unos y otros. 


Referencias.

Defourmantelle, A. (2020). Inteligencia del sueño. (2024th ed.). Nocturna.

Lopez Mondejar, L. (2015). Una espina en la carne. Psicoanalisis y creatividad. (Psimatica Editorial. ed.). Psimatica Editorial.

Lopez Mondejar, L. (2022). Invulnerables e Invertebrados (2022nd ed.). Editorial Anagrama.


 


lunes, 12 de febrero de 2024

El elemento lúdico para la construcción de la adolescencia y su integración social.

 




Podría contar de mi niñez muchas cosas bellas, delicadas y amables: la apacible seguridad del hogar, el cariño infantil, la vida sencilla y fácil en un ambiente grato, tibio y luminoso. Pero solo me interesan los pasos que hube de dar en mi vida para llegar hasta mí mismo. Dejo resplandecer en la lejanía todos los puntos de reposo, islas afortunadas y paraísos cuyo encanto guste, y no deseo volver a ellos.

Demian

Herman Hesse 


Introducción

El presente trabajo pretende plantear la importancia del juego y los elementos lúdicos, para la construcción de la adolescencia de cada sujeto, ¿Cómo ser adolescente en una cultura de lo digital y además de diagnósticos? donde enfermar se vuelve más rentable, que enfrentar las cotidianas dificultades de la vida. A falta de lo lúdico la enfermedad deja a los adolescentes como objetos de estudio del cientificismo, al igual que los adultos cuidadores, solo así el sistema los integra a la sociedad, ser parte de la misma a veces significa enfermar de algo, porque es posible que eso significa actualmente convertirse en adulto.

 



¿Puede haber algo más trivial que asociar la adolescencia con adolecer? Esta visión lleva a una suerte de prejuicio que lleva a ubicar al joven en  un lugar de padecimiento. El paso siguiente de este prejuicio es considerar al adolescente como deficitario. (Luciano Lutereau) Si bien la adolescencia es un etapa de importantes transiciones e importantes cambios, habrá que ver desde donde se le ubica al adolescente y bajo que mirada y escucha, que la mayoría de las veces se tiende a hacer a partir de cierto sesgo adulto céntrico, lo cual implicara para pensar sobre sus problemáticas, sus manifestaciones de conflicto, sus recursos y capacidades. 

La adolescencia como la frontera entre la niñez y la adultez, la antesala a la vida adulta, la etapa que implica una metamorfosis, perdidas pero también ganancias, el tiempo de mudanza y construcción, el vaivén entre dejar de ser y ser otro, el tiempo de perdida de unas cosas por la ganancia de otras. “El pájaro rompe el cascaron. El huevo es el mundo. El que quiere nacer tiene que romper un mundo. El pájaro vuela hacia dios. El dios se llama Abraxas.”(Hermann Hesse 2014). Un momento de transición y creación de un devenir sujeto, en el que hay que dejar ser uno para construir otro, donde los juguetes van siendo dejados así como la infancia va quedándose atrás como referencia de una historia que se sigue inscribiendo. 

¿Cómo construir la adolescencia en plena globalización y digitalización? ¿Cómo se hace uso de lo lúdico para la construcción de una sociedad que incluya a esas adolescencias?

Ahora bien durante los últimos años la manera de vivir se ha visto modificada con diversas situaciones contextuales y también con la inventiva tecnológica que las personas hemos ingresado a nuestra vida cotidiana y que además hemos colocado ahora como fundamental en el diario vivir. La tecnología se coló en la vida, dando diversas realidades, modificando las relaciones humanas, la percepción del mundo, acercando a unos, interpretando a otros, hiperconectando a veces otras con la sensación de distanciar, distorsionando la percepción de la realidad. 

La inventiva tecnológica si bien ha servido para hacer más sencilla la vida del ser humano y ayudado a resolverle problemas y dificultades, es decir, hablando de adolescencias, el sujeto queda de modo pasivo, frente al dispositivo, el modo de relación que se establece muchas veces es gozando pasivamente, puesto que ahora todo se resuelve al alcance de un click, sin tomar acción, con la mirada abajo, de este modo cuando se levanta la mirada ante la vida, metafóricamente hablando la realidad se vuelve insoportable, las dificultades desmotivan y quiebran al sujeto, incapaz de tomar partida en su accionar, la desmotivación se hace presente y cada vez más recurrente, es que con el clik el teléfono es quien resuelve, no el sujeto.  El aburrimiento en sí, no es ni bueno ni malo, ni enfermedad ni lo contrario (casi nunca). Es el síntoma y la señal, la fuerza motriz y el detonante. Enfermo está el individuo, como también puede ser enfermizo el contexto. Si nos aburrimos, de la forma que sea  es porque algo falla. Si somos incapaces de enfrentarnos al aburrimiento, provenga de donde provenga, una vez más es que algo no va bien. (Josefa Ros Velasco). 

Por tanto, con el estímulo digital ha venido a variar las formas y maneras de relacionarse, establecer vínculos, producir subjetividad y particularmente para este trabajo, ha venido a establecer nuevas maneras de estar y ser adolescente, se aumentan las problemáticas y situaciones de riesgo, la desmotivación, el aburrimiento y las dificultades de enfrentarse a esto, ¿Dónde quedan los elementos lúdicos? Si hacemos un poco de memoria, cuando se fue niño, con lo lúdico podíamos resolver algo que pasaba en eso que era nuestro juego, con un juguete, con un objeto resolvíamos uno y varias dificultades, un cartón primero como una casa, después como un avión y después como una superficie para solo para dibujar. No hago alusión solo al cartón, sino a resaltar la capacidad de transformar algo gracias a lo lúdico que nos permitía imaginar, fantasear, de algún modo hacer cierto trabajo mental y subjetivante.

… Lo fundamental va a ser siempre el modo de relación que se establezca con el objeto y no el objeto en sí. De un tiempo a esta parte, la incorporación de nuevas tecnologías a la vida cotidiana es un hecho. (Luciano Luterau).Sin embargo, el avance de la humanidad no son todas sus inventivas tecnológicas y digitales en calidad de objetos inteligentes de consumo, el progreso es el compromiso con el que decidimos hacernos cargo de nuestro presente, es la capacidad para no permanecer pasivos frente a los desafíos de nuestros tiempos, es la conquista de la libertad de discurso y de pensamiento, contar con la constante posibilidad de la derrota y sin embargo volver a ilusionarse , el progreso es la capacidad de mirar atrás a modo de ubicar el pasado como un referente para el presente y el futuro de bienestar social, personal y ético que se desea construir para y junto a las nuevas generaciones. Sin dejar de lado nunca las cosas que nos humanizan, la ternura, la compañía, la belleza de las acciones de justicia, el juego como origen de una cultura y el convencimiento de que aun con dificultades y gracias a ellas podemos esperanzarnos en construir el bien personal y social haciendo uso de lo lúdico que ha venido siendo entumecido y replegado. 

El juego es más viejo que a cultura; pues, por mucho que estrechemos el concepto de esta presupone siempre una sociedad humana, y los animales no han esperado a que el hombre les enseñara a jugar. Con toda seguridad podemos decir que la civilización humana no ha añadido ninguna característica esencial al concepto de juego (Johan Huizinga).  Entonces, podemos inferir también que la cultura, las sociedades, la solución de conflictos humanos también han sido por medio del juego y elementos lúdicos. Es importante pensar sobre el lugar que le da la cultura y cada sujeto a lo lúdico, en lo cual también es importante ubicar que el juego no es propio de la infancia como comúnmente se cree, el juego tiene que ver con la capacidad de creación, y aunque este cambia no precisamente desaparece, sus maneras son otras según la edad quizá. La desaparición o disminución de lo lúdico en el sujeto no tiene que ver con esa idea tan idealizada de madurez, entendida desde dejar de jugar, dejar de crear, dejar de ilusionarse, esperanzarse… Entonces el sujeto va convirtiéndose en ese adulto acartonado, inflexible, sin recursos para afrontar sus dificultades no solo personales, también sociales creyendo así que es maduro y eso lo hace adulto. Construir una adolescencia, también significa haber tenido una niñez lúdica, que quedan como recursos importantes para ahora constituirse adolescente, el juego no desaparece está ahí, cada vez que se quiera hacer uso de este, porque cuando niños quizá carecíamos del lenguaje y el juego era el modo de decir, en la adolescencia el ya con un lenguaje establecido, aun con el lenguaje como un recurso más, los recursos lúdicos también están para cuando el lenguaje no nos alcance para decir.

Cuando hay importantes cambios en la cultura y la sociedad también el sujeto  cambia y tiene respuestas ante toda esa ola de cambios contextuales, muestra sus conflictos personales de nuevas maneras. Actualmente la medicalización ha sido la “solución “ ante diversas problemáticas adolescentes, como que parte de la solución fuera medicar para soportar pero encima hacer algo por cambiar algo en la cultura queda anestesiado, ni siquiera se piensa, hoy es más rentable y cómodo hacer y recibir un  diagnóstico que justifique cierta condición. En este siglo las cosas que abundan son la tristeza infinita dada a la melancolía, la depresión, la ansiedad y el aburrimiento, que apuntan a “esto es ser adulto” actualmente, esto es lo “normal”, a lo que los adolescentes deben aspirar. 

El aburrimiento social y cultural es la falta de motivación e ilusión, cuantas dificultades hay hoy en día para esperanzarse ¡que pesado se vuelve la existencia así! En un soportar constante. ¿Por qué se decide soportar?.. Y del otro extremo, el sujeto que esta en calidad de maquina productora, sujetos bien sobre adaptados que responden perfectamente al tipo de “sujeto” que el sistema establece, la cultura de la producción y reproducción.

No puedo pensar a los adolescentes actuales sin pensar en que se hará en el contexto para y con ellos a modo de ofrecer unas mejores condiciones, insertando en ellos la importancia de no dejar de lado su ser infantil porque es ahí donde albergan los más importantes elementos para la vida personal y social, el juego de su infancia es el sostén de su existencia, ahí es donde está el sentimiento de vida que sostiene la existencia. 

El pasado histórico queda como referencia, en el que además se han perdido elementos lúdicos, cosas que en la memoria de los jóvenes actuales quizá quedan como “cosas de otros tiempos” y para los más grandes como “cosas de nuestros tiempos”, conocimientos que forman parte de una sociedad, pero que además esos elementos y actividades lúdicas no solo eran para la creación de un objeto, pensado por ejemplo en ciertos oficios que se heredaban de una generación a otra, formas de transmisión de lo familiar, lo cultural, herencia de una historia, de imágenes y recuerdos,  construcción de vínculos afectivos, convivencia y sostén social, creación con esto de toda una subjetividad.

La melancolía y de su mano el aburrimiento nos saca de nuestros propios goznes: semánticos, afectivos, teóricos, existenciales ( Josefa Ros Velazco). Es decir entonces, pareciera que es mejor enfermar, hacer un síntoma para preservar la existencia, para soportar y transitar la vida, porque esta se vuelve dificultosa, sobre pasa y angustia, el sujeto de deja atrapar por la desmotivación hasta llegar a una cronicidad de esta, para después ser medicado y sobrevivir en el sistema.

Vivimos, pensamos y hablamos desde un cuerpo determinado, cuerpo que siente, goza y sufre, duele en la enfermedad y se solaza en el placer. Por lo tanto, existimos y vivimos entre cuerpos y nuestra relación mutua supone la cercanía, el saludo, el abrazo, la caricia, el encuentro con otros y en su momento la distancia a modo de situarse como un otro autentico, mas no como un más de la serie que muchas veces se propone socialmente.  Actualmente el privatismo y la soledad, la falta de comunidad, a la que nos hemos sometido, hacen que este encuentro entre cuerpos sea más importante, que el lazo comunitario sea más activo y seguro, que nos humanice e integre, mas no que exponga y permita que los chicos se pongan en riesgo. Aplicaciones que se venden por lo que proponen, Facebook vendiendo amistad y comunidad, Instagram imagen, Tik tok diversión artificial, You tube fama, ONLY FANS pornografía, todo esto que se ha vuelto el proyecto de vida de muchos adolescentes, la imperiosa necesidad de ser conocidos y reconocidos, y da para pensar en la falta de reconocimiento que no se tiene por parte de los padres y en consecuencia de sí mismo, poner el cuerpo como objeto frente a la cámara, antes ya puesto ante el cientificismo, donde además la valorización del sujeto queda reducido al número de likes que se obtienen y tratado desde el diagnostico que se le da. 




Conclusión

Convertirse en adolescente y alcanzar la adultez no significa replegar del juego, sino aventurarse a regresar metafóricamente hablando a la caja de juguetes, a todos esos elementos lúdicos que se instauraron y desarrollaron cuando fuimos niños, que nos permitían enfrentar las dificultades en la vida y permearon el sostén de nuestra persona para transitar los cambios  como parte fundamental del crecer. 

Ser adolescente en tiempos de digitalización, donde tener un diagnóstico es rentable y el ambiente es a veces enfermizo, tener capacidad para retomar el juego en sus diferentes formas es revolucionario, es tomar un lugar más activo frente a toda esa pasividad que el mundo adulto también lleva a cabo, ser adulto no es dejar de jugar, es también dejar de sufrir a ese niño que se fue y retornar también lo infantil retomando esos elementos lúdicos para continuar viviendo.


Bibliografía

Lutereau, L. (2019). Esos raros adolescentes nuevos. Paidos Argentina.

Johan Huizinga. (2012). Homo ludens. Madrid Alianza Editorial.

Hesse, H. (2004). Demian. Editores Mexicanos Unidos-Mex.

Josefa Ros Velasco. (2022). La enfermedad del aburrimiento. Alianza Editorial

viernes, 10 de marzo de 2023

El nacimiento de un hijo: La dulce espera de una madre.




“Naciste en mi mente, me despertaste el corazón y en mi vientre veniste a hacer palpable esa ilusión. “ (Memoria de una paciente).

Esperar a que esté listo, a que esté preparado para llegar, que su cuerpo se forme para que pueda nacer, sin permitir que el tiempo pueda derrotar, sin prisa y sin desesperación. Esperar es una forma de maternar, de irse convirtiendo en padre o madre, de darle un lugar a l hijo que vendrá y que hora ya está preparándose para salir, que no solo se alberga en el cuerpo de su madre y se alimenta de su sangre y sus nutrientes, sino también de sus fantasías, sus miedos, su alegrías, sus temores, que se va haciendo un lugar y muestra signos de vitalidad…

Esperar a un bebé al que se le ha pensado, imaginado, del que ya se habla, por el que ya se pregunta, un bebé que viene a ser un acontecimiento porque se inaugura una nueva vida y una nueva familia, es desde entonces que  un niño necesita tiempo y un espacio adecuado para crecer y desarrollarse, sin la premura de vivir , es desde entonces que saber y poder esperar pacientemente a que esté listo es una muestra de amor materno.

Es una paradoja de la maternidad: en la espera del embarazo, el niño solo puede estar en el mundo a través de la madre, pero aún no está en el mundo como sujeto. La madre espera a quien ya lleva consigo, sin saber quién es y sin saber cómo es, sin haberlo visto nunca. La espera de la madre es una espera sin precedentes que ni siquiera las máquinas de la ciencia pueden reducir: el encuentro con un hijo es un encuentro con un absoluto que es incomparable, que no puede ser confundido con nadie más; existencia irrepetible que no encuentra analogía alguna de sí misma en el mundo, trascendencia, vida nueva, vida que viene al mundo como algo insustituible, inimitable, combinación singular de necesidad y libertad, irreproducible, perpetua y radicalmente vida de un «hijo único».(Masssimo Recalcati. Las manos de la madre).

Pensar en el embarazo, es detenerse a esperar, mirar, vivir la modificación y acondicionamientos que requiere una vida para poder surgir, se modifica  el cuerpo de la mujer, pero no solo el físico que sin duda tiene muchos cambios, pues una nueva vida necesita sus condiciones, no son únicamente las hormonas, también es el inconsciente, la imágen corporal se ve afectada significativamente, la vida de la mujer adquiere cambios en sus actividades, en su manera de estár consigo misma, con la pareja y en su contexto, el mundo interno ha tenido un impacto lo suficientemente importante y significativo para empezar a tener cambios y alteraciones.

“No había podido dormir, aunque ha sido hermoso, siento que mi cuerpo no me pertenece y al mismo tiempo sí”, “me da miedo no poder reconocerme después, por eso escribí en un cuaderno todo lo que no quiero olvidar, lo que me gusta, lo que me caracteriza”, decía mi paciente. Sin duda hay preocupación, miedos y fantasías concentradas en preguntas de ¿Cómo será ése bebé? ¿Cómo seré como madre? ¿ cómo me sentiré conmigo misma y con la vida que he engendrado cuando nazca? Aquí las dudas empiezan a tener lugar como una preocupación, pero también son una apertura y es importante más que apaciguar la preocupación propiciar la construcción, que esa mujer empiece a construir su propia maternidad, que vaya preparando un lugar y tomando un espacio como madre, lo cual también será parte de las modificaciones de su identidad y de su nueva vinculación con el mundo.

Durante el embarazo, a medida que su cuerpo se encarga de la formación física del feto, la mente se encargará de la formación de la idea de la madre en que se va a convertir. Al mismo tiempo comenzara a construir la imagen mental de cómo cree que será él bebe. De alguna manera se van produciendo tres embarazos que se van desarrollando simultáneamente: El feto físico que se desarrolla en la matriz, la actitud de maternidad que se desarrolla en la psique y el bebe imaginado que toma forma en la mente. (El nacimiento de una madre)

No reconocer el propio cuerpo, no reconocerse a sí misma, sentir esa extrañeza que a veces se agudiza y otras se logra acomodarse, ya no se está siendo igual que antes, lo infantil hace retorno y no se va hasta hacerse escuchar, las angustias más que reprimirlas habrá que darles un lugar, inaugurar preguntas y elaborar el conflicto.

El embarazo no es por completo la  maternidad, pero si es la puerta de entrada a ella, pues ésta se va preparando y construyéndo, no se sabe ser madre, no hay instinto, hay deseo de querer cuidar a otro y ver por su bienestar. El embarazo es un estado antes de la maternidad y un  túnel de preguntas e incertidumbre, pero es la pregunta y el conflicto lo que van inaugurando una maternidad, ahí es donde va naciendo una madre. El conflicto interno está también de la mano con el deseo, lo que propicia establecerse en un nuevo lugar, creando las condiciones adecuadas, entonces, el conflicto es una ola que hay que tomar para poder desarrollar algo, en este caso una maternidad.

Es la espera de la madre la que prepara su lugar en el mundo a quien está ya en el mundo sin estarlo aún. No ha nacido todavía el hijo, y ya se decide su nombre, se le prepara la habitación y la cuna donde se le colocará. La espera es una interpretación de la ausencia del hijo, aún custodiado en el útero, a la luz del deseo. Se trata de una auténtica vigilia. Lo contrario a la agitación atareada que impulsa nuestro estar en el mundo cotidiano. (Massimo Recalcati, Las manos de la madre). 

¿Y cómo espera una madre? En la manera de esperar está también construyéndose un vínculo con el hijo, la relación con él va mediada de acuerdo a la manera en que a éste se le desea conocer y se le percibe desde las entrañas del vientre, se despierta la ternura y la alegría, ya se le siente como un hijo, no es un extraño porque se le va dando un nombre el cual unifica todo lo es ya ese niño, además le da una identidad y un lugar. Quien nombra ya a ese niño le da forma y se le invita a la vida.

Hay una constante ambivalencia de emociones, felicidad por la llegada del nuevo bebé y al mismo tiempo una nostalgia y tristeza  por lo que se habrá que despedir, un cuerpo, una identidad, un trabajo, los amigos, la vida anterior. El devenir imaginario transita entre la pérdida y el hallazgo, un cuerpo en constante transformación y otro cuerpo que fabrica  incansablemente, que ya le demanda y también le produce alegrías e incomodidades, pues un bebé no es un ser del todo pasivo, se mueve y demuestra actividad en el útero.

Un bebé está formado, una madre está estableciendo también, ¿se está completamente preparada para ser madre? Quizá no, es algo que continuará en construcción, lo que es cierto es que ya hay un hijo y alguien que lo espera con alegría para tomarlo en brazos y reconocerlo, conectar con el  y cuidarlo, eso ya da lugar a ser mamá.

El nacimiento de un niño no es solo la llegada al mundo de alguien a quien esperábamos ver la cara, de alguien que esperábamos acoger en nuestros brazos. Junto a la vida del hijo viene de nuevo a la vida el mundo también. La espera de la mujer abre la posibilidad de que salga a la luz otro mundo que encuentra su expresión encarnada en la vida nueva de su hijo. En este sentido, el regalo de la vida es un don que hace que el mundo vuelva a empezar. Entre el mundo de antes y el mundo de ahora ha tenido lugar el nacimiento del hijo y este nacimiento no solo ha cambiado la vida de una pareja, de una madre y de un padre, sino la propia faz del mundo, ha vuelto a poner en marcha el mundo. Indudablemente, el mundo sigue siendo, por un lado, el mismo de antes, pero por otro lado ya no podrá volver a ser el de antes. (Massimo Recalcati. Las manos de la madre).

El parto es el final del embarazo, al que la sociedad, médicos, familia están atentos, para lo psíquico es un momento de delimitación entre la mujer y el bebe, el miedo al parto aunque intenta ser domado con insistencia o sugestión,  pero de manera inconsciente se pone en juego el miedo a ser madre y toma forma en el discurso: miedo a perder el niño al dar a luz,  una frontera obligada a cruzar para ahora transitar el post parto. 

Decía una paciente: “Tengo miedo de que no conecte con ella como lo hemos hecho estos últimos meses adentro de mi”, “si inducen el parto, me da nostalgia porque entonces siento que la estoy desalojando”.

Un miedo latente a parir se hace presente, ¿Pues qué signa el parto? Parir signa separar dos cuerpos, el del bebé y la madre, en donde lo que quedará es un vientre desalojado, ya no habrá bebé y la ilusión de ser uno solo queda rota, ahora lo que hay es una realidad, la de a ser madre, tener un bebé en brazos que demanda mirada, atenciones y cuidados, se solicita vinculo, la madre creadora del concepto de necesidad y no es que vea al hijo e falta sino que es capaz de lograr identificación tal que propicia comprender lo que al bebe le sucede. 

Así como lo expresaba mi paciente: “Me mude de casa y siento que también me estoy mudando de cuerpo, así como mi departamento quedo vacío, mi bebe saldrá y mi vientre quedara sin nadie”. Entre mudanzas, maletas y una nueva casa esta una madre que ahora tiene en sus brazos a su bebe, con una vida y casa nueva, un cuerpo apenas recuperándose así es como ahora hay que atravesar un post parto.

¿Hay depresión post parto? Pocas veces se habla de ésto o bien se alude con idealizaciones sociales y culturales, faltas de empatía y acompañamiento como: “Deberías estar feliz, tienes a tu bebe”, “Estas demasiado emotiva”, entre otras, que caen nuevamente en una maternidad rosa e idealizada, no real, lo cual conviene despejar…

 En la depresión post parto, la mujer parida, quizá no desea ese estado anterior del embarazo que habrá sido cómodo o no, en muchas ocasiones hay culpa por no haber estado a la altura del imperativo social, habrá que cuestionar ¿Qué tan alienada se esté a lo que los demás quieren de mí?... Por eso es que el post parto se vincula más que con el bienestar perdido, con la conflictiva y modificación de ¿Cómo ahora se relacionará esa mujer siendo madre con el mundo? Los amigos, espacios sociales, el trabajo, la casa, la pareja. Como anteriormente lo mencionaba, ante el hecho de confirmar el embarazo lo que se modifica es el vínculo, la manera en que esa mujer se relacionara a partir de ahí con su entorno y la pregunta que salta es ¿y ahora cómo voy a hacer con el trabajo?, "Quizá ya no pueda ir con las amigas".

Comentaba mi paciente: “Me doy cuenta que ya son las últimas veces que mi esposo y yo estamos solos, quien sabe hasta cuando volvamos a ser solo él y yo sin nuestra hija, pero aunque ella no estuviera físicamente estará en nuestros pensamientos.”

¿Cómo incorporarse nuevamente al mundo? ¿Cómo hacerse un lugar otra vez? Madres que han dejado su trabajo, las amigas que antes se tenían se alejaron, otras ya no están, una misma reconsidero seguir frecuentando o no  a alguien ¿Quién quisiera escuchar lo que le pasa ahora a una reciente madre y sus actuales preocupaciones y su nueva vida? El mundo ya no es igual, esa mujer experimenta la soledad y al mismo tiempo la alegría, un gozo de tener a su bebe, además va incorporando sus partes, está viviendo una locura parcial, un túnel de fantasías inevitable para recuperarse y volver a construirse, recuperar una posición femenina ahora como madre.

“Estoy muy atenta, pendiente de lo que necesite, a cada minuto casi veo que si respira”. Decía… Se adquiere una posición receptiva, se establece un vínculo con ese bebe que posibilita comprender sus necesidades. 

El mundo del Uno se ve dominado por el mundo del Dos, dado que es siempre un acontecimiento del Dos y nunca del Uno; es siempre una experiencia radicalmente plural. Por eso todos nacemos en la oscuridad, ciegos, privados de la luz del mundo; esperando la luz que proviene de la palabra del Otro, desde el «exterior» del vientre materno. (Massimo Recalcati. Las manos de la madre). 

El post parto significa encontrar una nueva posición ante el mundo nuevo al que se tendrá nuevamente que incorporarse no solo la mujer sino también el hijo, se adquiere una posición  receptiva ante el hijo, que como lo decía antes, permita que estos dos se relacionen entre sí, el hijo se ve a sí mismo a través de su madre. Entonces en el post parto la paciencia como regalo del tiempo recorre el embarazo y prosigue en la atención al hijo hasta el reconocimiento de su libertad. Los cuidados maternos no serían posibles, de hecho, sin la paciencia como elevada forma de respeto hacia las particularidades más particulares del hijo.

La maternidad es adquirir una manera distinta de responder ante la angustia y la frustración, una madre acompaña a su hijo en su crecimiento y desarrollo, con la figura de la espera y el regalo de la paciencia, un ritmo propio que cada niño tiene que no lo pone a destiempo de otro. 

En la maternidad va ser necesario que la madre se haga cargo de sus propias angustias, que éstas no queden depositadas en el niño, por ejemplo, la premura de que crezca, de que haga las cosas rápido y como se le piden, las exigencias maternas que son frecuentes en la consulta y le restan al desarrollo de cada niño y que además van patologizando infancias.

Me parece valioso además el acompañamiento que se le pueda dar a una mujer durante el embarazo, y sobre todo la importancia que alguien le pueda dar a esta etapa que ya forma parte de la historia del niño, creo que es una manera de cuidar, es decir, la mujer que tiene un espacio para elaborar y poner sus angustias va sabiendo como posicionarse en su realidad y con su hijo que está por llegar. 

La espera de un hijo corresponde ya a maternar y paternar, el cómo se le espera corresponde ya a su historia de vida para darle lugar a un gran acontecimiento, la vida de un niño. 



La ley paterna



Madre de lo inconexo y fragmentario, hija del olvido y la desmemoria, la locura es la solución al inminente sentido de la vida. Está con nosotros desde las horas estancadas de la infancia, cuando nuestro tiempo aún no había aprendido a fluir, cuando las semanas nos parecían eternas y era imposible escapar de aquellos días dilatados en extremo. Nos ayudó entonces no solo para que fantaseáramos con la existencia de un amigo, sino para que la necia repetición de nuestros juegos pueriles nos resultara divertida. Contra la vivencia de la eternidad nos revelo el juego y contra el tedio infantil, la risa. De aquella lenta, lentísima etapa no habríamos terminado de salir sin su auxilio porque ningún cuerdo es capaz de cruzar la infancia, ese infierno que no solo es exasperante  por lo largo de sus horas, sino porque ahí conocemos por primera vez la esencia de las reglas: la prohibición. (Oscar de la Borbolla, Filosofía para inconformes, 2018).

Un padre implica en la vida del hijo esté o no presente, porque aún la ausencia paterna se inscribe en el psiquismo.

Las funciones paternas direccionan el deseo del hijo en donde éste sea posible, dónde si pueda construir y haya crecimiento. La fuerza del padre, que no implica violencia, sino más bien un sentir en el hijo, propicia una individualidad, el desarrollo de una autonomía y una elaboración del propio deseo, un padre al establecer la prohibición al deseo incestuoso del hijo da viabilidad a su deseo y además le da civilidad al hijo frustrando ese deseo incestuoso dirigido a su madre en un primer momento, de ésta manera da un orden, edificando ley, normas, límites, reglas de convivencia social y familiar que ya sacan al hijo de una condición de criatura y que lo humanizan dándole un lugar de sujeto civilizado, ingresandolo además a la cultura e inagurando el Complejo de Edipo.

La infancia constantemente más intensa que tranquila, actualmente más adaptativa que estructurante y consciente, pues  construir una consciencia requiere de  tiempo, pero además requiere de la presencia de otro, un tercero que desee darle un lugar para habitar en el mundo y ser parte de una sociedad, la ley del padre que con la prohibición inaugure el psiquismo infantil, la ley paterna que estructura y saca al niño de una condición de criatura para iniciarlo como sujeto de deseo y al mismo tiempo como un sujeto social y civilizado. Tener un padre que transmita ley, significa poder tener un orden, no a modo de fuerza violenta sino a modo de dar lugar, un orden en el fuero interno además. 

La crianza a menudo una travesía llena de alegrías pero también de retos y desafíos, de fantásmas y conflictivas, la crianza no puede quedar unicamete cómo un coucheo para adaptación del niño, porque está atravesada por las historias personales de los padres, criar a un niño resignifica la propia crianza y la propia historia, en éste caso, nuestro paso y transmisión de la ley, el acompañamiento que nos dieron nuestros pripios padres en representación de la cultura en un principio y posteriormente en nuestro paso por la escuela lugar de transmisión del aprendizaje pero no solo académico, en ésta última quisiera puntuar el papel tan valioso que significa, puesto que cuestionaba ¿Qué significa ir a la escuela? Entre otras cosas significa hacer una escisión, signar una separación, establecer un límite que separa al niño si del cuerpo de su madre pero también de su campo, signa una individualidad , es posible que ese es el aprendizaje más importante que la escuela a modo de función paterna hace.

La importancia de tener un padre, que establezca una ley es tener la posibilidad de construir una vida propia, de darle sentido, pero sobre todo de poder un día prescindir de ese que nos acompañó a crecer para realizarnos como personas. Un padre que en el mejor de los casos nos saca del caos para mostrarnos una manera de andar por el mundo, permitiéndonos el error y la experiencia, que no dice que hacer, sino que da la posibilidad de reflexionar y transmite su fuerza ante la vida, no es el padre biológico el que lleva a cabo las funciones paternas e instaura la ley, es quien lleva a cabo estás funciones, una madre que se hace cargo de sus sentimiento de propiedad del hijo y propicia su separación y signa límites, es la escuela, los amigos quienes van construyendo también en el psiquismo infantil una estructura.

Con la transmisión de la ley queda inaugurado el Complejo de Edipo, atravesando así  la pérdida, el corte, la castración. El primer contacto cultural, social y psicoafectivo lo da la madre, por lo tanto es también ella quien debe o hace que la ley del padre se lleve a cabo, esa castración que separa al hijo de su madre y rompe con esa relación simbiótica, dando individualidad,  contacto con la realidad y así funda una consciencia.

Con la triada Edipica, el niño adquiere la conciencia de la ley; lo que implica vivir conforme a leyes que, por ejemplo, indican nuestra calidad ciudadana. Cuando enseñamos a decir «por favor», «perdón» y «gracias» estamos transmitiendo leyes que tocan lo más propio de lo humano, porque no podemos pedir que nos traten bien si no tratamos bien a los otros, porque el respeto es un lazo fundamental en el trato con el prójimo. Lo cierto es que un niño aprende mucho más que palabras útiles (que puede usar según conveniencia) cuando se lo ha tratado con el respeto que esas palabras suponen. ¿Cuántos padres les piden a sus hijos las cosas en término de favor? ¿Cuántos les agradecen? ¿Cuántos se disculpan después de algún error en lugar de creer que semejante trato sería imprudente porque los llevaría a perder autoridad? La autoridad no es la impostura, como habremos de ver más adelante en este libro. (Luciano Luterau. Mas crianza menos terapia).


Interiorizar la ley significa dar realidad,  sobre todo mostrarle un comportamiento social que le permita convivir y estar en la cultura siendo un ciudadano, trasmitirle valores sociales que van humanizándolo y civilizandolo, además ayudándole a reconocer al otro como humano también, transmitir lo normativo y no me refiero a emparejarlo sino al hecho de dar civilidad al hijo, darle vialidad a su deseo imposible con su madre pero posible en otro lugar, con el desarrollo de un proyecto de vida, de intentar algo con la gran posibilidad de que suceda y que además le posibilite su libertad, que sea un sujeto de derechos y responsabilidades. La prohibición dada por la función paterna despierta al niño de esa ilusión de ser uno solo con su madre, lo incomoda, produciéndole frustración y le voltea la mirada hacia el mundo, hacia la vida misma.

Cuando pensamos en frustración, de inmediato remite a la incomodidad, al enojo, a la dificultad de sostenerla y a veces de darla, hoy en día los vínculos paternos parecen más infantilizados, el establecimieto de límites y reglas es una demanda constante en la consulta, además de que ha cambiado la manera de establecerlos, es decir, se hacen concensos familiares, no del todo se establecen de arriba hacia abajo, sino de manera colectiva, entre la familia. En cuanto a la frustración me parece que es habitual creer que los afectos hostiles sencillamente no deben ser, la gente desea escindirse de ellos más que poder notar su importancia y sobre todo su función. La frustración hace favor de hacer el conflicto, de separar y estructurar, de dar lugar, así que lo que es importante es sostenerla siempre afectivamente, validarla, darle lugar, no se trata de evitarla.

La noción freudiana de complejo de Edipo, entonces, permite desbancar las concepciones que hoy en día pretenden pensar la crianza como un proceso adaptativo. La intervención del padre, además, es el referente de un modo no autoritario de autoridad. Poco importa que el padre sea varón o no. La paternidad es una función que establece que, ante un conflicto con un deseo, podamos —a pesar de la angustia— aceptarlo como un factor de crecimiento. Sin esta función, adoptamos una actitud pasiva, permanecemos en la posición infantilizada de dejar que las cosas nos ocurran o, simplemente, reaccionamos a la circunstancia. El padre es una función que nos permite ser fuertes en los momentos más difíciles, no porque nos identifiquemos con un ideal, porque a la hora de atravesar conflictos no hay ideal que valga. (Luciano Lutereau. Más crianza, menos terapia).

Interiorizar a un padre, significa interiorizar una brújula que posibilite ir encontrando  dirección y posibilidad de construir,  quedando establecido un Super Yo también, permite encontrar fuerza en uno mismo para los momentos difíciles y de conflicto, es creer que lo podremos resolver a pesar de sentirnos debilitados, que seremos capaces de reconstruir después de tener tempestades, aún estando solos. Las operaciones psíquicas de separación individuación son propiciadas por la interiorización de la ley paterna que viabiliza y ayuda a la construcción del deseo del niño y con ésto un proyecto de vida. 

Encaminarse en la crianza, es un trabajo más complejo que solo cuestiones de adaptabilidad del niño y por supuesto de los padres, por ejemplo, cuando se dice que un niño tiene problemas con la autoridad, que no se adapta, que no sigue reglas, en realidad si, un niño está en ese proceso, no podemos esperar comportamientos civilizados del todo, muestra frustración y reparo, introducir ley, dar limites es tener que re direccionar su deseo, darse cuenta que no todo es posible, que es un ser limitado, finito y que va a tener que renunciar a su omnipotencia para poder construir, que además no siempre será como quiere, ahí donde hay conflicto y deseo hay crecimiento en donde más que someter se trata de acompañar afectuosamente, pues ganarse la confianza y la obediencia de un niño lleva tiempo y requiere de un adulto que también que esté bajo la ley, esta que le haga saber al adulto que no se trata de hacer daño sino de mostrar diligencia y fuerza de voluntad.

Una ley no es una regla. Una ley transmite un criterio, una regla dice qué hacer. Este es un aspecto fundamental. Muchas veces me encontré con padres que intentan disuadir a sus hijos respecto de que no deberían hacer tal o cual cosa «porque no (te) conviene». Esta reducción de la ética a un mero instrumento individual me resulta penosa. El descubrimiento más importante del psicoanálisis es que nuestros conflictos tienen un fuerte valor ético, porque en el desgarramiento moral es que podemos vivir una vida humana que no sea acomodaticia, cuyos actos comprometan más allá de cualquier ventaja o beneficio, porque la capacidad de decidir actúa sobre lo más íntimo de nuestra vida: lo que habremos de ser. Al decidir, no elegimos entre una cosa u otra, sino a nosotros mismos. (Luciano  Lutereau. Mas crianza menos terapia)

No se trata de decirle qué debe pensar, sino habilitar su mente, ejercitar su razonamiento, como cuando los niños cuestionan las reglas o las normas con su pregunta de ¿Por qué si? O ¿Por qué no? Cuestionamientos signo de raciocinio y adquicion de consciencia, el "¿Por qué?", que alude a la causalidad de las cosas y los hechos, que permite la exploración del mundo al que ha sido introducido. 

La pregunta como muestra de la capacidad de pensar y de raciocinio, además de apertura al análisis, como signo de humanización pero sobre todo como signo emancipatorio, pues no solo es el cuerpo lo que la ley paterna separa sino también el pensamiento, las angustias, los afectos, simbolizar el mundo es parte de tener un padre que propicia el conocimiento de él.

Hay padres que dicen en consulta: “Yo creo que he sido un mal padre”, “Vengo para que me diga que tan buen o mal padre he sido”. Lo cierto es que la consulta no es un coucheo, eso quizá no quiere decir que no se pueda ayudar a pensar en la redirección de la crianza o que se piense un poco en como un padre se está desempeñando, pero es importante pensar  que el error siempre estará, porque lo que se trasmite con la ley paterna además de,  son los conflictos propios que también se tienen, la manera en cómo siendo niños también nos trasmitieron y que ahora siendo padres conflictuan, brotan los fantásmas y los sentimientos de hostilidad, los celos, propios del conflicto Edipico, el enojo y lo frustrante.

Me parece importante pensar lo que sucede actualmente en la época que vivimos, dónde a veces el vínculo con el hijo es laxo, ésto da más pie a la complacencia y a la falta de estructura, a padres y madres des ubicados, con dificultades para sostener frustración o incluso evitarla, actualmente es frecuente, a veces el lugar de padre no está o al menos no está bien establecido, los padres abandonan su lugar quedando más como hijos o como "amigos" del hijo, lo cual además de causar confusión, angustia al hijo, porque éste necesita de alguien que le guíe y muestre dirección, que le ayude a sostenerse y establecer su vida poco a poco, quizá para los padres sea más cómodo, pero para el hijo se vuelve un caos, porque un amigo tiene otras funciones que distan mucho de las de ser un padre.

Establecer Ley y hablar de límites, no solo tiene que ver con reglas en la cultura sino con el reconocimiento en el propio niño de ser un sujeto limitado, reconocer las propias limitaciones da cuenta de que no se es omnipotente, como hasta entonces el niño lo venía considerando, e ahí la herida narcisista que se apertura a la renuncia y así al reconocimiento del otro, la posibilidad de establecer  vínculos y de mejorarlos, renunciando a algo de si mismo.


viernes, 20 de enero de 2023

El dibujo Infantil, signar la autonomía.



      Hace falta que haya uno que quiera comprender y desee saber sobre lo que alguien escribe sin letras tratando de darse a entender deseando ser comprendido y además tratando de comprenderse a sí mismo, de construirse y poder incorporar sus partes, usar sus recursos y darle vialidad a eso que le sucede, ponerlo en algún lugar, mostrárselo a alguien que desee saber de él y eso que le pasa, o también que sea capaz de mirar esas pistas que van dejando rastro de algo… Hay cosas que no se pueden decir en palabras, pero que sin embargo, están, además brotan por otras vías, es como que el niño con sus dibujos dijera también: “Quiero mostrarte algo, pero como no puedo decirlo con palabras te lo muestro con mi dibujo” y a menudo tengo la interrogante: ¿Qué es lo que este niño quiere que yo sepa de el? Que más allá de responderla de inmediato permite ir descubriendo, inscribiendo y apertura la mirada para poder dar lectura a eso que cada niño se dispone a mostrarme cuando el lenguaje hablado aun no alcanza, es entonces que las manos escriben con lápices de colores y hojas blancas en paredes, pizarrones, juguetes y el mismo cuerpo…

 

Dibujos, efusión de colores, formas, son medios espontáneos de expresión en la mayor parte de los niños. Les complace “contar “lo que sus manos han traducido entonces de sus fantasmas, verbalizando de este modo ante quien los escucha aquello que han dibujado y modelado. A veces esto que cuentan carece de relación lógica (para el adulto) con lo que el adulto creería estar viendo. Pero lo más sorprendente fue lo que poco a poco se me impuso como una evidencia: que las instancias de la teoría freudiana del aparato psíquico, Ello, Yo, Súper Yo, son localizables en cualquier composición libre, ya sea grafica (dibujo), plástico (modelado), etc. Estas producciones del niño son, pues, auténticos fantasmas representados, desde las que se pueden descifrar las estructuras del inconsciente. Tan solo son descifrables como tales para las verbalizaciones del niño, quien antropomórfiza, da vida a las diferentes partes de sus dibujos en cuanto se pone a hablar de ellos al analista. No otra es la particularidad del análisis de niños: Aquel lo que en los adultos se descifra a partir de sus asociaciones  de ideas sobre un sueño que ha relatado, por ejemplo, en los niños puede ilustrase por lo que dicen acerca de sus grafismos y composiciones plásticas  soportes de sus fantasmas y fabulaciones  en su relación de transferencia. El mediador de estas instancias psíquicas  (Ello, Yo y súper Yo), en las representaciones alegóricas que el sujeto aporta, revelo ser especifico. Lo he denominado imagen del cuerpo. Cito de François Dolto en su texto “Imagen inconsciente del cuerpo”.

El dibujo antes de ser traducido, pienso que da evidencia de un cuerpo en construcción, lo que François Dolto llamaba “imagen del cuerpo”. Escindirse del cuerpo de  la madre y construirse, construir una autonomía, hacerse un lugar  no solo tiene que ver con una situación de espacialidad, sino con una construcción psíquica. ¿Cómo separarse del cuerpo de la madre? Entonces me aventuraba a pensar en la dificultad que muchas personas tienen para inscribir y signar su propia diferenciación, para asumir lo que son y dejar de ser lo que los padres querían que fuera. Adquirir una autonomía subjetiva  significa asumir el propio deseo y escindirse del campo del deseo de los padres, construir el “Yo soy”, delimitar el espacio y tener autoridad en uno mismo…

Antes de adquirir la lectoescritura el niño dibuja y aun adquiriéndola me parece valioso pensarlo más allá de un requerimiento académico, porque la escritura en cualquiera de sus evoluciones y tiempos es  un recurso para poder decir algo por sí mismo, que no sea el Otro el que hable por mí, sino que sea Yo quien hable por mí mismo, así es entonces que, el dibujo infantil y la escritura es un modo de hacer hablar a los cuerpos mudos y silenciados, un modo de posibilitar el lenguaje y tener voz propia.

 

Cito a Alba Fresler, de su libro “El niño en análisis y el ligara de los padres” lo siguiente: “Los niños dicen de sus dibujos: “Es un nene”,  o “Soy yo”, “ Es una casa”. Estas formas expresivas no solo afirman lo que el dibujo es, también afirman lo que el dibujo no es, también afirman lo que el dibujo escribe de un no. Es que, dicho con precisión el dibujo muestra la escritura de un no. No es un nene, el dibujo no lo es, no, tampoco es una casa: todos ellos escriben una ausencia. Más aun en ese preciso instante, dan ocasión en que el pasaje al plano algo no pase de lo real. Por lo tanto de un modo conmovedor, con el dibujo, con cada dibujo, se realiza un acto inaugural, un paso del sujeto, un trazo existencial. Se revela con esa vía, los modos en que se expresa la función del dibujo en la constitución del sujeto de la estructura. A su vez, sumado a lo anterior, cuando el dibujo se realiza en transferencia, cobra otra especificidad que invita a la pregunta: ¿Qué hacemos los analistas con el dibujo?” 

Me parece más valioso tener a la mano preguntas que tener un sin fin certezas, el “no lo sé” como un posibilidad para ingresar a ese mundo que se me está mostrando a pedazos y entre trazos y juegos… En alusión a lo anterior hago recuerdo de mi paciente de cinco años que llego angustiada hasta el llanto, aferrándose a su mama y al mismo tiempo mirando todo lo que había pasando la puerta del consultorio… Sostenida de mi mano y limpiándose las lágrimas después de presentarme con ella se animó a pasar dejando a su mama afuera pero además diciendo inmediatamente: “Yo quiero dibujarte algo” A mí me salto la pregunta después de ver su “aquí demando Yo”, “Aquí digo Yo”, ¿Qué es lo que quiere que sepa y que además nos es posible hacerlo de otra forma sino que  iniciando con un dibujo? Pues bien, el dibujo empezaba a signar esa escisión con su madre que tanto le estaba costando, es decir, el dibujo por supuesto que tenía sus elementos importantes y dignos de traducción  lo cual fui sabiendo poco apoco,  pero de primera instancia era un hablar por sí misma, salirse de una condición de objeto que la tenía angustiada y llena de síntomas que la impedían, vómitos que le venían cada que se separaba de su madre, así es como su dibujo era un empezar adquirir su propia voz y hacerse escuchar.

“Ahora bien, ¿Qué ocurre con el dibujo? Cuando un niño dibuja, con el diseño de sus trazos, abre para el sujeto el tiempo de escriturar sus respuesta diferencial. Y lo hace con un alcance novedoso, pues en ese accionar se va generando un desmantelamiento que separa la afinidad entre lo real y la realidad. En este sentido, el niño es, en cierta medida más surrealista que realista: desjunta el dibujo de la realidad.” (3)  Plantea Alba Fresler en otro de sus textos, El niño en análisis y las intervenciones del analista.

Escribir un mundo distinto, escribir su diferenciación, tan surrealista como lo prefiera, a fin de cuentas suyo, con sus modificaciones y marcas, ir signando ese límite que separa dos cuerpos y existir fuera del campo originario de quien lo vio nacer. Pienso que en varias ocasiones la dificultad no es que el niño tenga angustias, se enoje, tenga miedos o que experimente afectos hostiles, sino lo importante será que todos esos no sean los de sus padres, sino propios, que no sea objeto de depósito del adulto, sino que pueda escindirse de ellos y experimentar y nombrar lo propio, segregar y simbolizar…

La función simbólica implica la función de similitud reconocida, la noción de sensación autónoma, la noción de deja vu, es decir, del tiempo. La utilización voluntaria de la función simbólica implica la discriminación del prójimo y de sí mismo, es decir, la noción de espacio y de cuerpo propio, en ese espacio con la noción de mediador común (mímica, sonido, señal) intermediario entre dos cuerpos propios y valorados de manera semejante por los dos seres vivos. La utilización de la función simbólica implica la noción de perdurabilidad de la separación de los cuerpos, más allá de la resonancia sensorio-afectiva, función común que los ha unido momentáneamente en el espacio, implica la noción de la existencia de la separación.” Menciona François Dolto en ¿Cómo educar a nuestros hijos?

Es importante destacar las funciones y cuidados maternos en el desarrollo del pensamiento del niño, es la madre quien ayuda al niño y le da consciencia de sí mismo, sus afectos y sus necesidades, quien le va dando lugar y nombra lo que le sucede desde que nace, con palabras y actos que hacen de sostén para el niño. Simbolizar tiene que ver con la fantasía, la imaginación, la creatividad y posibilidad de sentir las propias emociones. Que valioso cuando una madre también es capaz de hacer todo esto y además que es consciente de posibilitar la diferenciación de su hijo haciéndose cargo de su sentimiento de apropiación del hijo, trabajando además sus angustias y separándolas del hijo y no depositándolas en él, es entonces el trabajo en donde surge la incomodidad, la frustración tan valiosa para delimitar y estructurar e ir separando esa unión en la que hay dos y cada uno es diferente.

El proceso de separación individuación no es una operación sencilla de asumir y sobrellevar sobre todo cuando en la historia de la humanidad y de manera social se es señalado por no pensar igual, por estar distinto, implica poder además lidiar con la individualidad, la incompletud, con sentirse solo, distinto y hacerse un lugar en el mundo, sin embargo creo que es de las cosas más valiosas y que es importante la labor que se pueda hacer con el niño para acompañarlo en ese proceso, simbolizar implica esa separación, dibujar un mundo propio.

 

Cito de Marisa Rodulfo, con su texto “El niño del dibujo”.  La cría humana, desde el momento de su nacimiento, ha de atravesar múltiples peripecias para constituirse —a través de procesos en principio abiertos, inacabados— en sujeto apuntalado en el organismo, pero irreductible a él. Recorrido laberintico, entramado por marchas y contramarchas, escandido por detenciones, tanto como por saltos pronosticables pero impredecibles en su dirección ultima. Recorrido no atravesado jamás linealmente ni de una vez para siempre y, ante todo, diferente siempre, nunca idéntico a otro. Recorrido en fin, emprendido siempre una vez más, cada ocasión en que el niño se arroja y es arrojado a una nueva aventura. Así, las primeras palabras... los primeros pasos... cada vez peldaños de una empresa continuamente reabierta. Y también, un día, primeros dibujos, apertura al papel. Se constata una diferencia cualitativa importante con todo lo anterior. Estas primerísimas producciones gráficas, figúrales, al tiempo que inician una profunda inflexión en la subjetividad sin precedentes, nos permiten, al retomar en un nuevo ámbito viejas problemáticas ya liquidadas o al menos medianamente atravesadas en otras instancias, algo que podemos asimilar a obtener verdaderas "fotografías"... de momentos pretéritos, de combates apenas extinguidos, que se actualizan ante el papel aun vacío o aun por constituir y un abanico de colores. Espacio blanco que se poblara de marcas, trazos, archiescrituras... letra, en fin, bajo las apariencias del mamarracho en desorden. ¿Hecho simple del crecimiento? Antes bien, resonante acontecimiento vital; he aquí la pulsión encarnada en lo que antes de su paso era una simple "caja de pinturitas". Doble juego, decíamos, del crear y del re-crear, como si empezando algo nuevo recomenzara desde un hipotético cero la constitución de su ser-en-el-mundo. ¿Qué se juega entonces para el niño en la experiencia de dar a luz sus primeros balbuceos de trazo?

El proceso de construcción de la subjetividad, es el proceso de devenir sujeto singular, la subjetividad es el espacio interno, contenido, representado, autorrepresentado por el yo, y, por lo tanto, es un espacio cuya consistencia e intensidad son variables. Lo digo para retomar lo que decía al principio respecto a mi paciente de cinco años, atrapada en sus síntomas del cuerpo, con vómitos y colitis nerviosa. A su mama le angustiaba que creciera, no sabía cómo soltarla, como propiciar su independencia, sin embargo quería, digo, acudir a solicitar ayuda ya es un signo que buscar un bienestar, y su hija en condescendencia produjo sus síntomas, digo, creo que cuando estos se producen ha es porque hay algo que no se ha podido tramitar, ósea que habiendo aquí deseo de escindirse de mama, había deseo de  construir su propia subjetividad de no seguir compartiéndola con mama, que la angustia de mama fuera de ella nada más, fue su dibujo lo que inauguró ese acontecimiento, tramitando de esa manera lo que le sucedía, el síntoma se fue disolviendo y volvió el juego, los muñecos empezaban a tener voces y hablaban de lo que preocupaba.

 

Pienso que el dibujo antes que ser un grafismo a evaluar, es una escritura en la que se han de soltar certezas para tener preguntas, dejar el lugar de evaluador que también creo que pone al niño desde ahí de objeto a estudiar y no, para devenir sujeto es importante también que en la mirada del otro seamos sujetos pensantes, dejar el lugar de “yo soy quien sabe de ti” porque quien sabe de sí mismo es el propio niño.

Dibujar es una de las primeras cosas que los niños hacen, en paredes, en las mesas, en el papel, en su cuerpo, la experiencia de dibujar libremente es inscribir esa esa escisión respecto al cuerpo de mama en ese acontecimiento de devenir sujeto individual y de inmediato me viene a la mente esos grafías “amorficas”, en “desorden” con un montón de color que los niños hacen para darlas a mama con todo el entusiasmo y en la importancia que ese adulto le da y entonces lo coloca en el refrigerador, en la pared… El acontecimiento no es el dibujo, el gran acontecimiento es el niño que se dibuja.




BIBLIOGRAFIA

Dolto François. 1984. La imágen inconsciente del cuerpo. Barcelona. Paidós.

Dolto François. 2010. ¿Cómo educar a nuestros hijos? Cd. de México. Paidós.

Fresler Alba. 2011. El niño en análisis y el lugar de los padres. Buenos Aires. Paidós.

Fresler Alba. 2016. El niño en análisis y las intervenciones del analista. Buenos Aires. Paidos.

Rodulfo Marisa. 2008. El niño del dibujo. Buenos Aires. Paidós.

lunes, 19 de septiembre de 2022

Efectuar la subjetivización en la infancia

 

"Contra el signo más sobre saliente de nuestro tiempo, la prisa, ofrezco la duda como preventivo y contención. Dudar permite frenar la precipitación del juicio y las acciones que son mera reacción. Quien duda considera y reconsidera, pesa y sopesa, discierne y distingue; en una palabra, hace que su vida sea resultado de la elección y no esa inercia de quienes se pierden en el coro aborregado de la sociedad."

El arte de dudar

Óscar de la Borbolla


 El homo sapiens, es decir, que el ser humano es la especie capaz de razonar, de pensar, reflexionar, crear subjetividad, pues es el pensamiento lo que lo saca de su condición de criatura animalística y lo pone por arriba de todas las demás especies, por su capacidad de raciocinio, es decir entonces que el ejercicio de pensar es una manera de humanizarse, de volverse humano...

Generalmente se cree que pensar es propio de personas con altos grados académicos, de personas que cursaron todos los grados escolares, pensar está asociado a los "intelectuales" y que es una actividad que incluso es propia de cierta clase social, se le deja a quienes fueron a la universidad, literatos y profesores... Sin embargo, aprender a pensar no es propio mas que del que quiere hacerlo, puesto que ejercer como sujeto pensante va mas allá de haber ido a la escuela, sí, es ésta la que puede ir habilitando el pensamiento pero no con sus contenidos académicos sino con los conflictos que pone para resolver, con la siembra de la duda y con los análisis que puedan hacerse en la clase.

Asi como el cuerpo se habilita ¿Cómo se habilita la mente para que piense y produzca subjetividad? 

Silvia Bleichmar dice que producir subjetividad es la manera de conformar la singularidad humana, situada en el entre cruce de universales necesarios y relaciones particulares y que ésto transforma y modifica la singularidad, pero también la instaura.

Que importante reconocerse y asumirse singular hoy en día, deteniéndonos a pensar en medio de las masas ¿hacia dónde me dirijo? "Pensar suele ser un acto de rebeldía, la lectura de la historia universal muestra que pensar y matar son la misma cosa, y que no hay pueblo ni época en la que la razón resulte inofensiva."

Propiciar a un niño a su humanización, va mas allá de asumirlo humano por su biología y por su especie, sino que hemos de tomar en cuenta efectuar su subjetivación, el desarrollo de su pensamiento, que se le reconozca como un sujeto de deseo, pensante, reflexivo, critico, que lo sustraiga de una condición de criatura. 

No se trata de decirle qué debe pensar, sino habilitar su mente, ejercitar su razonamiento, reubicando el juego como productor de subjetividad, signo de autonomía e independencia, acudiendo a la literatura infantil , aludiendo a la lectoescritura como un modo de libertad de expresión y autonomía subjetiva y significación, no como un requisito académico, la alfabetización es un recurso para ir transitando la vida, es un regalo, no puede quedar como un requisito escolar únicamente.

El ejercicio de pensar se muestra cuando el niño pregunta: ¿Por qué si? ¿Por qué no? Cuestionamientos signo de raciocinio. Además pensaba en los primeros cuestionamientos que suelen hacer los niños, como cuando surge el "¿Por qué?", que alude a la causalidad de las cosas y los hechos, que permite la exploración del mundo con el uso del lenguaje, ya no solo con el cuerpo como en el principio cuando los niños aprenden a rodarse, gatear, caminar, probar con la boca, tocar... 

El "¿Por qué?" como el inicio de un pensamiento filosófico, el cual no está caracterizado por el hecho de "saber" todos los planteamientos filosóficos, sino en la adquisición de un pensamiento crítico, reflexivo, de asumirse como un sujeto pensante más no un "sabelotodo". Y bueno pensaba en un ejemplo, cuando el niño se pregunta ¿De dónde vienen los bebés? o ¿Cómo nacen los bebés? Que suelen ser algunos de sus primeros planteamientos que tienden a hacer respecto al génesis de la vida, de su vida y su existencia. 

El "¿Por qué?" como la habilitación del pensamiento del niño, que desea saber, motivado por la curiosidad que le permite ingresar al mundo de las ideas y adquirir un pensamiento subjetivo, ser un sujeto pensante y ocupar un lugar más activo... También en base a ésto, ¿un niño debe saberlo todo? Sin afán de una respuesta extremista de si o no, a mí me parece que cuando un niño cuestiona es porque está preparado para saber lo que cuestiona, por eso busca ese conocimiento, habrá que encontrar la manera de contestarle o de irle ayudando a contestar sus interrogantes de acuerdo a su madurez y a sus tiempos de crecimiento.

La pregunta como muestra de la capacidad de pensar y de raciocinio y además de apertura al análisis, como signo de humanización.


Óscar de la Borbolla. (2019). El arte de dudar. Ciudad de Mexico: Grijalbo.

Óscar de la Borbolla. (2010). Filosofía para inconformes. Ciudad de México: Penguin Random House Grupo Editorial.

Un sueño creativo

  En la mitología griega Morfeo era el dios a quien le fue dada la capacidad de bajar del olimpo, adquiriendo forma humana a darle mensajes ...